En lo que escribo una guía en forma, aquí dejo un libro de fotos de mi familia de Árboles de la Vida y, más abajo, doy dos ejemplos de sus usos en contemplación.

De muchos otros encantadores diagramas, este redondo es mi favorito:

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Este manuscrito parece haber sido elaborado en Zaragoza para un cliente en Roma alrededor del 1280.

Tenerlo entre mis manos en la Biblioteca Nacional en París fue uno de los momentos más románticos de mi relación con el Árbol de la Vida.

Esta versión inspiró esta elaboración, que aparece en nuestro logo:

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Para avanzados: la cabeza aparece en el preciso lugar de la No-Sefirah Da'at (ojo espiritual), muchas veces representado cerrado, más aquí está abierto, como símbolo del humano despierto.

Otro Árbol del mismo manuscrito, este con hojas, indica algo de la imaginación florida que caracterizó la gráfica de la Kabbalah temprana.

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Esta es la primera versión impresa del Árbol de la Vida, en 1561 (el manuscrito original fue escrito 270 años antes).

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En el Renacimiento del siglo XII, quienes forjaron la Kabbalah incorporaron ideas de la filosofía griega, como la geometría, creando muchos esquemas gráficos. Con el tiempo, dejaron atrás elementos figurativos como hojas y letras, dando prioridad a la precisión geométrica.

Hoy en día, los Árboles más utilizados son como este:

El Árbol de la Vida no solo representa lo espiritual. Cada cosa, ser o proceso puede analizarse como un sistema ecológico, con raíces, tronco y ramas. Sistemas dentro de sistemas.

Por ejemplo, utilicé este diagrama en una presentación titulada “La Kabbalah del Jazz: Un Espíritu de 100 Años”.

Aquí, el círculo más bajo representa el nacimiento del jazz, surgido de condiciones corporales y sociales difíciles. Como un adolescente rebelde, creció en clubes donde la música acompañaba ritmos sensuales.

En el segundo círculo, el jazz maduró, transformándose en ciudadano global, revolucionando la música y mostrando, con su swing, cómo enfrentar la modernidad acelerada con serenidad y estilo.

En el tercer círculo, llegó a su plenitud como herramienta de activismo no violento, elevando el perfil artístico y espiritual del afroamericano.

Al completar su misión, el jazz murió en su forma original, dejando un legado fecundo que sigue nutriendo la música moderna. Si es moderna, probablemente tiene algo de jazz.

Aunque hoy se enseña en universidades y se celebra en conciertos, ha perdido algo de su función profética, aquella intimidad mágica que antes encontraba en los clubes nocturnos en mi juventud.

Ahora hay conciertos, pero en lugares sin intimidad y es considerada música clásica. Un gran honor, pero poca cosa, comparado con la función espiritual que esta música fungió por cien años.

Este otro Árbol, para contemplar la psique, fue publicado por el autor y tutor personal mío, Z'ev ben Shimon Halevi.

Sueños, emociones, momentos históricos, y todo lo que ocurre en la vida se puede contemplar a través de diagramas como este.

Finalmente, aquí está el Árbol que nosotros usamos más a menudo. Lo llamamos Sofía Azul.